sábado, 29 de agosto de 2009

Se me juntan las letras

Ya hoy me la han metido. He ido a revisarme la vista porque cuando digo que veo menos que una polla en un baúl (perdón, otro de los refranes de mi abuela, que son sabiduría popular aunque soeces), no es un recurso estilístico. Se ha confirmado lo que yo me llevaba un tiempo barruntando. Me ha aumentado la miopía. Como soy ahorrativa pero he decidido que voy a ponerme lentillas, sólo le voy a cambiar los cristales a las gafas. Con esta indicación se pone el óptico a echar cuentas: “Antirrayaduras, ¿no?; antirreflejantes como las otras, ¿verdad?, y reducidos, porque con la nueva graduación…”. En este punto salto. “¡¡¿¿Cómo??!!, ¿que tengo la vista pa’ gafas de culo de botella?”. Pues resulta que casi y que por ese pequeño matiz me la tiene que meter doblada. No hay remedio. Ahora imagino si cuando tenga mis ojos prestados veré otras cosas que no veo ahora, si me sorprenderé de redescubrimientos, si tendré menos dolores de cabeza.


Bien es cierto que el sentido de la vista no es mi favorito. Prefiero que lo que tenga que llegar a mí lo haga por otros cauces. En realidad quizás eso se deba a que nunca he sido un lince. Yo soy más bien una perrilla rastreadora. Voy por la calle olisqueando. En cuanto al oído, sólo me sirve para saber si la tele está apagada con el mando (en ocasiones escucho ondas electromagnéticas que nadie oye... sé que es inquietante) y bueno, el sentido del tacto y del gusto supongo que los tengo desarrollados lo reglamentario. Sin embargo el olfato, ay, mi nariz, ¡qué bien huele!


Es casi enfermizo. Soy capaz de rememorar grandes momentos sólo por el olfato. Me es mucho más evocador que cualquier otra referencia sensorial. Y ahora, falta de esta clase de estímulos por este puñetero agosto que ya agoniza pero que sigue amenazando con destrozarme de un golpe de calor a la par que deja mi vida social bajo cero, encima, se hace patente lo ya anunciado, que veo menos que un carajo vendado (un día tengo que dedicarle una entrada a los refranes familiares).


Dice la Wikipedia que la nariz humana distingue entre más de 10.000 aromas diferentes y que el olfato es el sentido más fuerte al nacer. De la vista comenta que es la responsable de que el cerebro perciba el mundo. El mío, con alguna dioptría más que me he agenciado a un módico precio, cambiará a partir de la semana que viene. Miedito me da la claridad meridiana de mis nuevas gafas y lo rápidas que podrían cambiar las cosas unas lentillas.


(La foto, como la de mi pobre dedo roto, es de Javier Cuesta).

1 comentario:

  1. Hola,, estaba buscando un blog sobre la
    presbicia o vista cansada
    y me encuentro con esto. Me parto, gracias por las risas
    Saludos

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