domingo, 30 de agosto de 2009

Abuelas

Esas mujeres entregadas, a menudo con olor a neftalina, contadoras de historias… Las que nos consienten, nos cuidan cuando enfermamos, nos entretienen cuando nos aburrimos o nos riñen sacudiéndonos el polvo del culo con un cate. Son las que nunca se enfadan, las que no tienen nada propio, las que pelean lo que tienen que pelear porque sus niños estén a gusto. Las que dicen que como se quiere a un hijo sólo se puede querer a un nieto. Las abuelas, enciclopedias de refranes, recetario andante de sabores que no se vuelven a probar, autoras de frases célebres y madrinas de neologismos tecnológicos. El amor incondicional. La espera, la paciencia, la bondad. Virtudes que aprendieron en la mayoría de los casos a base de palos en una época oscura. La luz de los miedos infantiles. El parapeto. Las que ponen mercromina en las heridas. Las que nos enseñan dignidad cuando se marchan.

Come más, no llegues tarde, no fumes, no bebas, dame un beso, ven a verme más… Las peticiones de las abuelas que son material para las quejas de los nietos y para una serie de tópicos con los que alimentar chistes, viñetas, cuentos, historias… Las frases que cuando se van ellas dejan de tener sentido.

Hoy la mía hubiera cumplido años y, aunque ya no está para decirme que coma más, que estoy muy canija; que no salga de noche, porque a ciertas hora en la calle no hay nada bueno; que me compre ropa, que vaya a la peluquería, que me pinte la cara… la sigo echando de menos por ésas y otras cosas chiquititas. De lo que más acuerdo es su olor, la textura de las arrugas y la temperatura de su mano cuando acariciaba la mía y se llevaba un rato hablando de lo largos que tengo los dedos o la sensación que dejaba en mi cara cuando me daba esos besos por los que tanto me quejaba. Me gustaba cuando se acordaba de su juventud, cuando se emocionaba escuchando a Machín y cuando se empeñaba en convertirnos en buenas personas.

2 comentarios:

  1. y eres una buena persona. si tiene dudas que hable conmigo. cuando los abuelos se van es porque ya lo han conseguido todo en la vida, y pueden marchar tranquilos. 1beso

    ResponderEliminar
  2. Yo también la echo mucho, muchísimo de menos... Pero lo que más lamento es no haberle dicho en vida todo lo que sentía por ella, y todo lo que ella me hacía sentir...
    Y sí, como bien dice tu amigo Estenopo, yo también pienso que eres una buena persona.
    Muchos besos, cariño.

    ResponderEliminar